El carnero es sin lugar a dudas, uno de los más valientes del zodiaco. Las personas de Aries son tenaces, impulsivas y con un temple de acero, prácticamente no le temen a nada y así lo demuestran al mundo. Sin embargo, Aries en medio de un ego que a veces lo abruma teme no ser el primero, o quizás el mejor en la tarea que emprende. Es por ello, que el miedo al fracaso lo paraliza.

¡Ser siempre los primeros!

Un miedo que puede parecer extremo, pero para Aries demostrar que puede sobresalir del montón gracias a sus capacidades, es vital. Lleno de energía y una gran actitud, Aries nació para comerse el mundo de golpe. Es un emprendedor nativo, negociante y trabajador, por lo que el fracaso muy pocas veces toca su puerta.

Pero cuando las cosas no salen como esperaba, Aries puede deprimirse muchísimo pues se autocastiga con reproches de que pudo dar un poco más. Iniciador de actividades y líder por naturaleza, Aries tiene la energía necesaria para arrastrar multitudes y el vigor de llevarlas a donde él quiere.

El carnero osado y aventurero, siempre tiene un sueño o una meta por alcanzar, y le aterra no tener las fuerzas o el tiempo suficiente para conseguir todo lo que ha pasado por su cabeza. Por ello, buscan siempre estar en forma y alimentarse bien, ya que, al tener un cuerpo sano, tendrán la salud para seguir adelante con sus proyectos.

Sus parejas suelen ser tan enérgicos como ellos, pues no soportan a alguien aburrido y sin aspiraciones en la vida. Los Arianos necesitan compañeros de vida con aliciente, que les brinden apoyo incondicional en todo lo que emprendan.

Todo bajo control
Un punto en contra para Aries, es la necesidad de control de todas las situaciones. Esto puede acarrear gran frustración, sobre todo cuando las cosas no pasen como esperaba o cuando no pueda controlarlas, lo que puede terminar en grandes tensiones nerviosas o fuertes jaquecas.

Aries debe entonces, dejar actuar con libertad a otros y si bien puede servir de guía, no debe ser verdugo. Casi siempre puede valerse por sí solo, pero si necesita ayuda le cuesta pedirla y no por orgullo, sino porque detesta parecer débil o frágil ante otros. Una actitud contraria a su personalidad dadivosa, que busca siempre el bienestar de los demás.

Aries entonces, debe aprender a pedir ayuda y saber que está bien necesitar a veces de otros, pues todos somos seres humanos. De igual forma, debe aprender a calmar su carácter impulsivo y canalizarlo positivamente sin presiones ni estrés. De esto dependerá, que todos los negocios y proyectos que lleve a cabo se desarrollen exitosamente, pues a veces Aries tiene ideas geniales para emprender, pero lo hace tan rápidamente y sin pensar, que al final ve destruidas sus ilusiones cuando no consigue el resultado que quería.

Una bella virtud de Aries es no tener miedo a nada, pero esa misma virtud se puede convertir en su peor enemigo. Por eso, los Arianos deben tomar la vida con calma, ya que será la única forma de alcanzar el éxito y evitar su miedo profundo al fracaso.