Piscis
Las cinco cosas que más odia el signo de Piscis
Para los nativos del signo de los peces la vida es una continúa armonía, y puede parece que están demasiado ocupados en su contemplación como para albergar odios contra algo o contra alguien… pero no debemos olvidar que los Piscis cultivan una intensa vida interior, y que dentro suyo se cultivan tormentas poderosas...
1. El odio
Cuando un nativo del signo de los peces se sabe odiado no lo lleva nada bien. Como cualquier otra persona, pero tal vez un poco peor. Y es que los Piscis tienen una autoestima débil, que se ve sometida los vientos de la aprobación ajena. Les afecta lo que se dice o no se dice ellos. Y si lo que se dice de ellos es un rencor o malos deseos…
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Lo primero que hace es cuestionarse a sí mismo y sus actos, antes que poner en duda las razones que cualquier otra persona (conocida o desconocida) tiene para odiarle. No sabe cómo enfrentar ninguna crítica negativa, y prefiere echarse la culpa a sí mismo antes que actuar al respecto.
2. El hambre
Los Piscis, con esa entrega suya a todo tipo de placeres y despilfarros, no llevan bien los tiempos de vacas flacas, y muchos menos las privaciones. Glotones por naturaleza no saben decir que no a una segunda porción… y no saben vivir sin ella. Confunden lo justo con la carencia, y reciben de muy mal humor las dietas y la buena alimentación. Al menos con ellos la comida nunca se va a desperdiciar.
3. El ruido
Muy sensibles, los peces tienen el oído como el más potente de sus sentidos. Y por ello se toman a la estridencia, los gritos y los muchos decibeles como una forma de agresión. No están hechos para discotecas o para tolerar a vecinos ruidosos. Habitualmente tranquilos, se les ve perder los papeles y sucumbir al estrés cuando se les somete a un ambiente ruidoso o si se les levanta la voz por cualquier motivo.
4. Las exigencias
La mejor manera de que un Piscis viole una regla es decirle que la tiene que seguir. Son de natural tranquilo, y se alejan de los conflictos. Pero si se le impone algo, lo evaden como pez que se burla del anzuelo. No se trata tanto de rebeldía como de cierto capricho natural contra las demandas.
5. La soledad<br>
Aunque son muy reconcentrados en sí mismos, a los nativos del signo de los peces les gusta sentirse queridos y aceptados. Es tan débil su amo propio que necesitan que este amor sea demostrados no por una sola persona, sino por multitudes. Sufren, pues, de gran soledad si no se les manifiesta de continúo admiración y amor.