Número 3
La fecha de nacimiento incide directamente en nuestra personalidad. Si eres una persona extrovertida a la que le encanta entablar conversaciones, incluso con extraños, entonces seguramente has nacido un día tres.
Simbología del Número Tres
El tres es el número más sagrado de todos. Ya en la Antigua Grecia Platón le atribuía una importancia sin precedentes a este número, alegando que representaba al ser supremo, puesto que hacía alusión a sus tres manifestaciones: material, espiritual e intelectual, formando así la unidad del ser humano. Por otro lado, la corriente filosófica de su discípulo, Aristóteles, considera al tres como el número que contiene el principio, el medio y el fin, conformando así la idea de una unidad completa.
Personalidad de los Nacidos vinculados al número Tres
Quienes han nacido un día tres son personas con un alma artística, puesto que son personas completas. Esto quiere decir que utilizan su cuerpo, su mente y su espíritu en todo aquello que emprenden. La imaginación es su punto fuerte y tienden a llevar una vida social muy nutrida y activa. No les faltan jamás actividades para hacer y siempre se encuentran rodeados de amigos. Rara vez los vemos aburridos y cuando ello ocurre, es porque nos están preparando algo tan sorprendente, que pronto habremos olvidado que hace pocos días yacían en un sillón exhalando tedio.
En el ambiente laboral, a estas personas se les suele asignar un rol clave en lo que tiene que ver con la creatividad. Una agencia de publicidad o una compañía teatral son campos muy fértiles para ellos, ya que de su inventiva pueden llegar a salir avisos publicitarios que revolucionarán la sociedad de su tiempo. También pueden tomar un clásico teatral y reinventarlo al mejor estilo Baz Luhrmann.
Aspectos a Cuidar
Cuando una persona es a tal punto creativa, corre el riesgo de despilfarrar su talento en proyectos poco productivos o incluso inacabados, y este es precisamente el caso de los nacidos vinculados al tres. Ellos corren el riesgo de perder todos sus logros cuando caen en pozos depresivos a causa de dispersarse y perder el rumbo.
Tienden a exagerar en sus intenciones y en la forma de llevarlas a cabo, por lo que puede resultarles en un derroche de energía y esfuerzos, terminando en una desmotivación por falta de resultados. Muchas veces tienden a perder el norte y no saber hacia dónde se dirigen.